Hay momentos en la vida de un estabilizador que no sabe dónde colocarse.
Esta obra siendo tan pequeña nos plantea retos de todo tipo.
Por una parte exteriormente la calle tiene 1,5 metros de ancho y no se puede cortar ya que por ella se accede a una plazuela sin salida, y por otra en el interior aparece información que tienen que documentar arqueológicamente.
Finalmente el único espacio que queda disponible es la primera crujía del edificio y se opta por empotrar la estructura en un pozo relleno de hormigón, ejecutando la estructura previamente al comienzo de la demolición, por lo que tiene que atravesar los forjados existentes, así como la tabiquería y muros perpendiculares a fachada.
Se utilizó el sistema estructural ST200.
Copyright © 2024